Harina De Trigo Sarraceno Agroecológica Don Paisa

DON PAISA MANIFESTO

“La mayoría no son alérgicos al gluten, sino a los químicos que apuñalaron su flora intestinal, al punto que ya no pueden digerirlo"

En una era en la que encontramos antibióticos en casi todos nuestros alimentos y en la cual, ante la menor sospecha de enfermedad, el médico apura la receta de algún producto farmacéutico, no es de extrañar las crecientes tasas de enfermedades autoinmunes, alergias, cánceres y hasta gripes comúnes.
No es casual que aquellos que fabrican nuestros fármacos también produzcan nuestros alimentos... debe ser que no les convenimos sanos, sino vivos, longevos, enfermos y consumidores.. Es entonces que suenan nuestras campanas en busca de coherencia. No queremos ser esclavos cautivos de los intereses de un puñado de companías. No queremos vivir atados a la dependencia física que nos generan. Queremos acceso pleno a nuestra salud y nuestra vitalidad, para de esta forma poder decidir independientemente el curso de nuestras vidas.

Existe un primer paso para cada camino. En este caso, la alimentación consciente puede nutrir el abordaje hacia una vida con verdadero bienestar del cuerpo y del alma. Este instrumento es un gran compañero, que a su vez nos abre las puertas hacia una dieta espiritual: buenas relaciones, ejercicio adecuado, meditación y contemplación; hacia el arte de vivir.

 

POR QUE ORGANICOS

Comer orgánico o agroecológico significa que nuestros alimentos crecieron como la naturaleza nos exige, y por esto cargan con toda la riqueza y diversidad de nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
Para entender mejor en qué consiste esto vamos a describir el modelo productivo convencional, que rige desde hace solo un par de décadas: maximizar el rendimiento del cultivo a costa de la fertilidad del suelo, la biodiversidad y las propiedades nutritivas del alimento. A modo de ejemplo, para cultivar un pimiento convencional se utilizan herbicidas, que matan a cualquier planta que compita; insecticidas genéricos, que eliminan tanto los bichos buenos como malos; fungicidas que descartan cualquier indicio de hongos. Estos químicos, a su vez, eliminan la microbiología que habita en la tierra, antigua encargada de la salud general de la planta. Pero no les interesa si la tierra en la que cultivan está muerta, ya que aplican fertilizantes químicos importados de algún otro país para sus plantas. Estos proveen los famosos KPN; potasio, fósforo y nitrógeno, que toda planta necesita para crecer. Así, el agricultor siente que tiene todo bajo control, pero esto no es más que una engaña pichanga.
Por qué?

El agricultor: además de hacer minería en contra de la fertilidad de la tierra (por lo cual en algún momento será un desierto), consume y depende de insumos importados en dólares cuyo precio no controla, y que atentan contra las economías locales.

Para el consumidor: Recibe un pimiento que luce grande, colorido y esbelto, tal como una fotografía de restaurant. Pero es solo una fachada, una careta, como buena parte de lo que nos rodea. No posee la infinidad de nutrientes que el cuerpo necesita para estar pleno, más sólo KPN. No tiene esas bacterias que el cuerpo requiere para fortalecer el sistema inmunológico, más si carga con los pesticidas y fungicidas que funcionan de antibiótico en tu flora intestinal -estás comiendo antibióticos!- es por estos componentes que el vegetal se mantiene tanto tiempo sin descomponerse, a diferencia de un vegetal orgánico, que en tan solo dos días termina arrugado. Mismo, fácilmente se puede sentir su falta de gusto y olor.

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