Coco En Escamas Económico Importado

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REDUCE EL COLESTEROL
El 75% de las grasas del coco son saturadas, del tipo que se asocia al colesterol elevado, pero su riqueza en ácido láurico produce que no solo no eleve el colesterol malo, LDL, sino que lo reduce y aumenta el bueno, HDL según un estudio publicado en The Philippine Journal of Cardiology. 

Más allá de los estudios bioquímicos están las pruebas históricas. El coco ha formado parte de la alimentación básica de los pueblos del Océano Pacífico que apenas conocieron el colesterol elevado, la obesidad, la diabetes o los infartos cardiacos o cerebrales hasta que modificaron su dieta tradicional.

AGUA REHIDRATANTE
El agua de coco es una bebida isotónica natural que se obtiene de los cocos verdes, cosechados con cinco o seis meses. Es ligera y aporta azúcares y grasas en dosis moderadas, así como minerales y vitaminas.

UN ACEITE ANTIMICROBIANO
El coco maduro se compone de un 35% de aceite de coco, el único formado en más del 50% por ácidos grasos de cadena media, fácilmente digeribles. Se asimilan sin ayuda de la bilis, son solubles en agua y penetran sin problemas en el torrente sanguíneo y en el hígado, donde se transforman en energía y, en segundo lugar, en reserva de grasa, por lo que contribuyen menos a la obesidad que otras grasas.

 

BENEFICIOS DEL COCO RALLADO


Fibra: 2 cucharadas de coco rallado aportan casi 5 gramos de fibra dietética, lo que se traduce en aproximadamente un 15% de la ingesta de fibra diaria recomendada. Esta fibra ayuda a regular la digestión, evitar el estreñimiento, reducir el colesterol alto, aumentar la saciedad y controlar los niveles de glucosa en sangre.
Minerales: aporta sobretodo minerales tan importantes como el potasio, manganeso, selenio y hierro. En menores cantidades, también podemos encontrar cobre, magnesio y zinc.

Vitaminas: aporta vitaminas del grupo B (como la B1, B2, B3, B6, B7 y B9 o ácido fólico), además de vitamina C, vitamina E y vitamina K.

Grasa saturada: aunque el coco rallado es rico en grasa saturada, ésta no aporta los mismos efectos negativos que –por ejemplo- sí aporta la carne o los productos lácteos enteros. De hecho, es un tipo de grasa mucho más saludable que ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos altos.

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